Les cuento:
Hace mínimo dos semanas que vengo con un ataque de histeria extrema. Es decir, soy histérica de por sí, pero se elevó el estado de normal a super. Dentro de todo (y dependiendo bastante de mi estado de ánimo, que suele ser mayormente alegre), era ocultado a pesar de que de vez en cuando se dejaba asomar en algún comentario hiriente hacia alguien; pero esta última semana se potenció aún más, bastante más, hasta el punto en el cual entre ayer y hoy le grité a una amiga por un chiste y me peleé con madre aún sabiendo que ella tenía la razón (suelo ser bastante sensata). Pero resulta ser que nada es para siempre, y mi intento de equilibrio mental no duró demaciado...
Localización: baño.
Situación: myself sentada en el suelo con mi espalda apoyada en la puerta del baño llorando como la san puta.
Hasta ahí todo bien, derramaba un par de lágrimas y nadie me había visto, ahora solo faltaba esperar que los ojos dejaran de ser tomates para volver a su estado original.
¿Alguien ve Grey's Anatomy? ¿recuerdan aquel capítulo donde la dura de me-choque-la-cara-contra-la-pared Christina Yang, luego de todo lo que le había pasado e internada por su resiente operación, sin motivo ni causa se hecha a llorar? ¿recuerdan que no podía parar y se sentía frustrada, estúpida, dolida y demás? ¿recuerdan que llegó al extremo de pedir que le dieran un calmante? Bueno, fue algo por el estilo.
De la nada mi cuerpo decidió que yo tenía que seguir llorando, así que lloré y lloré y lloré y ¡La puta madre! ¡no paraba más! Y me sentía frustrada, estúpida, dolida y no paraba.
Pero para agregarle más drama a la ya de por sí escena destinada a la novela de las dos de la tarde, ¡empezé a hiperventilar! Empezé a hiperventilar con tanta fuerza y con tal rapidez que en menos de cinco minutos me había lastimado la garganta y me sentía gravemente mareada.
Y no paraba.
Y pasaban los minutos y yo seguía en el lugar llorando y lastimándome la garganta.
Y se hicieron diez minutos. Y después veinte.
Y madre tocó la puerta al ver que no salía y me encontró sobre el lavamanos de donde me había agarrado para no irme de culo al suelo por el mareo. Me aconsejó-ordenó que me lavara la cara al verlo como una posible opción para que parase, pero no paré. Juro que lo intentaba y a veces lo lograba, pero pasaban diez segundos y empezaba de nuevo.
Obviamente madre quería que parara, así que decidió darme un ultimatum: o paraba o una futura cachetada de su parte iba a hacerlo. Opte por la primera, no tenía ganas de violencia. Fuimos a la cocina y me dio agua, con la cual me atraganté tres veces al tratar de tomarla.
¡Y no paraba!
Y me sentía estúpida porque madre me viera así y por otro lado agradecía que fuera ella y no frente a algún otro.
Luego de un minuto eternísimo solo entrecortado por mis hipos, le dije que iba a estar bien, que no sabía que me pasa pero que ya se me iba a pasar. Madre se fue a su cuarto y yo comenzé a calmarme, seguía hipando pero más suave y pausado mientras le pedía un lápiz a Cirquerita y agarraba el libro de contabilidad para hacer las 21 carillas de libros contables para mañana.
Me senté frente al monitor y re-comenzó el periodo de hiperventilación grado 10.
Le comenté a Cultura mi estado, es el único con el que me podría llorar mares sin sentirme estúpida o pensando que soy una desequilibrada mental. Lo preocupé al decirle que no podía parar e intentó tranquilizarme mediante palabras escritas mientras que yo estúpidamente hacía ejercicios de contabilidad llorándome el Atlántico entero e hipando.
Cualquiera que me viera en ese momento, hubiera llamado al loquero, literalmente hablando.
Y me fui calmando poco a poco, entre las palabras de Cultura y mil pañuelitos descartables. Me hice un café y pude terminar un ejercicio de la primera carilla del cuadernillo y decidí dejarlo de lado.
Ya calmada, me seguía sintiendo estúpida por lo que había pasado. Realmente me sentía bien conmigo misma hasta hacía dos días porque supe que había progresado en mi intento de cambiar malas actitudes; pero con esto todo se fue al tacho y se envolvió con moño para regalárselo a los basureros.
No sé bien que pensar acerca de todo esto todavía. Me frustra no saber porque me sucedió, porque como no lo sé, no lo puedo analizar, y no analizar las cosas, me frustra.
Tengo clavado en la mente que me volví una psicotica peligrosa que tiene que ser internada.
No me gustó para nada esto, no lo quiero, no es parte de mí. Es algo tan simple como que no me representa, no me identifico con la situación. Nunca hubiera dicho que podría haberme pasado. Reitero: me siento, más que estúpida, avergonzada; aunque entiendo que son cosas que no se pueden controlar y ya podré superarlo, aprendí a que las cosas me resvalaran.
Eso sí, como me hubiera gustado ser Christina Yang para que me den el puto calmante.
Quizás muchas veces no reaccionaste, se te fue ahorrando y de repente plaf! todo de golpe.
ResponderEliminar