Localización: alguna esquina de mi barrio.
Situación: volviendo del recital de Salta la Banca, luego de una lluvia muy intensa.
Utilicé para este día mis nuevas zapatillas, compradas en Londres. Son divinas, de color clarito.
Resulta que, sin volverme obsesiva, las cuidé en el transcurso del día y, para mi sorpresa, estaban de diez cuando me bajé en la parada del colectivo de vuelta a mi zona.
Me separaban de la casa nueve cuadras y mi único obstáculo fue una esquina inundada para el punto cardinal que miraras; por ende, retrocedí, salté por otro lugar y me encaminé por la calle.
En eso pensaba yo: "¡Muy bien! Yo sabía que si querés, pod..."
¡PLAF!
El pie en un charquito minúsculo.
Mi zapatilla tiene una mancha negra que no se que magia logrará sacar.
Eso fue algo muy vos.
ResponderEliminarJajajajaja dios santo, Camila tenías que ser.
ResponderEliminarJajajajaja. Por un momento pensé que te habías resbalado. Pero lo de la zapatilla no deja de ser terrible. yo tengo una mancha de barro en un jean que hasta ahora no hubo hechizo que la retirara.
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