Nada dura todo el día

Les cuento:

Localización: no lo sé.

Situación: impotencia.

Hoy a la mañana perdí $120. Me puse loca, más con el hecho de que mi mamá está terriblemente histérica. Cómo se nota que viene de generaciones el adjetivo.

Me puse loca por un hecho en particular:
$100 de esos eran para la cámara, y sin ellos, no llego a comprarmela la semana que viene cuando viaje. No sé cómo joraca lograré ahorrarlos de nuevo en una semana.

$2o de esos era de Luciernaga. O sea que además, debo plata.

Gracias a loqueseaquecrean Luciernaga es una persona muy comprensiva y me calmó, porque me heché a llorar en la estación de trenes.

Y después seguí llorando de la bronca que me daba llorar por semejante boludez cuando hay cosas muchísimo peores.

Logré serenarme, hacer lo que debía de y luego encontrarme con mamá.

Llegué a casa y lo único que hice fue terminar a los gritos con ella por diversas razones, entre ellas, mi padre, a quien mete en cada conversación que puede como si yo fuera capaz de arreglar las cosas de ellos dos.

Después me fuí a llevar unas cosas y cuando volví hablé con ella, y el panorama está más o menos calmo.

Para terminar, hoy Cirquerita hace su fiesta de cumpleaños con diez pre-adolescentes de ambos sexos.

Así que seguímos. Nunca fuí de las que piensan que un mal día lo es todo el día, quedan muchas horas para que se vuelva bueno.

Ah, y me fumé tres cigarrillos por los nervios... y eso que yo prometí que solo lo haría cuando salía.

Bien ahí con la voluntad, eh.