Debe quedar

Hoy, hace 34 años, se encarceló la libertad de expresión. Se desarmó la posibilidad de vivir. Se abuchó el ser uno mismo. Se censuró los pensamientos. Se canceló el dar una opinión. Se rechazaron las diversas ideologías. Se arrastró cuerpos. Se deshizo vidas. Se rebajó el ser diferente. Se terturó gente. Se terminó con almas...

Hoy, hace 34 años, se hizo un pedazo de historia que debe quedar en la memoria.

Debe quedar para entender que las cosas no se solucionan con violencia; debe quedar para entender que no se debe llamar a una violencia mayor para apagar una menor; debe quedar para que nuestras generaciones sean capaces de racionalizar que hay que creer en la democracia, aunque no nos guste nuestra presidente, aunque nos quejemos de nuestro país.

Debe quedar porque, gracias a los que lucharon y murieron en el intento de que tengamos todos nuestros derechos como ciudadanos, hoy podemos ser sin represión.

Debe quedar porque se fueron 30.000 almas por ello.

Debe quedar porque algo tenemos que haber aprendido de semejante cosa.

Debe quedar para entender que debemos pelear por lo que queremos.

Debe quedar, para que no se repita.