Con candado y sin copia de llave

Les cuento:

Pueden hablarme de ser ortiva, mala y hasta saber de provocar; de que no dejo a nadie entrar, que un cartel de peligro aparece cuando me intentar acechar y que de cursiliadas jamás voy a hablar. Pueden decirme que esto hace mal, que a alguien siempre tenemos que necesitar, que no hay nada más lindo con un poquito de amor diario y un beso de caricia; y yo los entiendo perfectamente, sé que es así, no por escucharlo, sino a sabiendas de que pasé por eso. Pero yo les reitero, como siempre, que no soy buena en esto de apostar, y aunque también sé que a veces uno se tiene que arriesgar, necesito una base que me pueda sostener la caída. Por eso les cuento, que hasta que no haya un alguien capaz de asombrarme más de lo usual, sigo teniendo candado para todos los demás.