Les cuento:
Localización: a la tarde-noche, en el auto de padre, por una Av. no-me-acuerdo-cuál.
Situación: Padre manejando, Cirquerita en el asiento de atrás reprochando que el volumen estaba muy alto mientras yo pensaba para mis adentros, escuchando muy placenteramente el alto sonido de la guitarra acústica que excelentemente John Mayer sabe tocar.
Mi relación con padre es algo difícil de explicar, es decir, no es mala pero podría mejorar, y gracias a cualquier santo o cosa o sustancia o lo que sea, está mejorando, cosa que me pone feliz.
En cuanto a padre, es una persona extremadamente cariñosa. No hay vez que no pase por un pasillo por al lado suyo que no me abrace y me repite unas treinta veces al día lo mucho que me ama y lo orgulloso que está de mí, cosa que agradezco y aprecio muchísimo de él.
Por otro lado, yo nunca fui una persona muy demostrativa. Solo lo soy con ciertas personas y padre está en un medio, pero tampoco recibe todo mi cariño.
Así que ahí estábamos. Auto, buena música, familia, movimiento.
Y para mis adentros empezé a pensar que no todo dura para siempre, no? Es decir, padre me expresa todo su cariño y nunca recibe nada de mí. Eso era malo, porque padre no va a estar toda la vida, y aunque estoy segurísima que le quedan muchos años y bastantes cosas que compartir con migo, pensé que no tenía porque sentirse rechazado por mi persona.
En ese momento empezó In your atmosphere.
Y me tomé unos minutitos para tomar el valor (aunque suene patético), lo miré manejar y me acordé lo afortunada que soy de tenerlo, así que sin más se lo dije...
-Papá?
-Qué, amor?
-Te amo.
Literalmente le empezaron a brillar los ojos de emoción.
-Yo también te amo, hija.
Y me di cuenta que no es tan malo expresar lo que uno siente de vez en cuando, y decidí que a partir de ahora lo voy a hacer más seguido, por lo menos con padre, porque realmente se merece saber lo mucho que lo amo y lo importante que es para mí, a pesar de todos sus defectos y los míos.
Así que ese momento lo agarré con pinzas y lo guardé en el archivo 'recuerdos' de mi cerebro para recordar lo perfectamente imperfectos que podemos ser algunas veces.
Qué lindo.
ResponderEliminarYo nunca les dije a mis viejos que los amo. Ellos a mí tampoco, aunque con sus actos me demuestran que sí... en cambio yo no estoy segura de hacer lo mismo.